Al llegar a la ciudad vieja comprobamos que ya era muy tarde como para pillar otro bus, así que reservamos dos camas en una habitación compartida en un hostal cerca de la estación de autobuses árabe.
Según estoy escribiendo estas líneas sentado en la recepción del hostal, acaba de llegar un grupo de turistas. Nada más entrar la primera chica, por el peinado se veía que era vasca, luego ha llegado el resto de la tropa, incluyendo un tío con chapela.
Exceptuando una pareja que se ha metido en la habitación al lado de donde estamos escribiendo, parece que todos hablan euskera entre ellos. Esta pareja, parece que la chica no sabe hablarlo.
Según han entrado, Diego estaba abriendo la página de El Mundo en Internet. Cuando ha visto que han llegado ha cerrado la página y se ha sentado a leer a mi lado.
Ninguno de los dos hemos dicho ni pío. Según Diego, ellos también se han dado cuenta de que somos españoles.
Es bastante triste, pero el sentimiento que tengo yo es de que estas acomplejado. Creo que un “Hola” no iba a ser bien recibido. Desde luego un “Hola, ¿sois españoles?” … ni de coña…
Es curioso el paralelismo que encontramos entre árabes – israelíes y españoles – vascos salvando las diferencias… La verdad es que me quedo con ganas de saber que es lo que piensan, pero no me apetece demasiado preguntárselo. Dudo que la conversación fuese muy positiva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario