martes, 13 de octubre de 2009

Entonces empezaron los desmayos

En esto apareció una chavalita que estaba a punto de desmayarse. Me gustaría contar que era una princesa judía con un cuerpo despampanante y una sonrisa celestial que había sido enviada para que la rescatasen sus dos caballeros castellanos... pero NO, tengo que reconocer que no fue así, era una pobre chavala regordeta palestina. Siento ser duro, pero en cuestión de mujeres, Israel sí es el pueblo elegido.
El primer vote del desmayo lo evitó la que parecía ser la madre de la chavala, si bien, debido a los kilitos de más, la pobre señora a penas podía con la chavala.  Fuimos Diego y yo los que tuvimos que sustituir a la señora para sentar a la chica en una silla.
Cuando a la chica se la pasó un poco y dejó de deambular como un zombi (casi se cae otra vez, y esta vez no pensábamos recogerla), se acercó a nosotros a ver si la podíamos ayudar. Al parecer Gran Hermano había metido a su hermana en una habitación. Quería que la ayudásemos a mediar en el conflicto con la GESTAPO. ¡Ya ves!, ¡como que estaban los Ferreiro como para mediar cuando nos acababan de hacer uno de los interrogatorios más duros de la historia!

1 comentario:

  1. Edu: estoy leyendo una de las novelas de intriga más intrigantes (valga la redundancia) y más apasionantes que se han escrito y, todo gracias a tí. Me encanta. Sigue que te seguimos. A mi me tienes con el corazón en un puño.
    Besos, Marisi

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