domingo, 18 de octubre de 2009

La Gran pregunta

La historia de este viaje empezó en casa de Miguel durante el debate de una cena ante la pregunta: ¿Pro-árabe o Pro-israelí?
En aquel momento no me sentía con suficiente conocimiento como para emitir un juicio, a día de hoy, me atrevo a emitir mi opinión.

Bajo mi punto de vista, los judíos se han convertido en el adulto que de pequeño ha sido maltratado y humillado.
Esto ha acabado obsesionando a la sociedad con la necesidad de crear un país refugio para ellos mismos que desde mi punto de vista no se sostiene por ningún lado y necesita de un estado de alerta en continuo para poder seguir unido.

Al igual que un niño maltratado recurre a la violencia, el estado judío no tiene ningún problema en reprimir y controlar al pueblo palestino.

Como gran ventaja, los judíos han traído todo el saber hacer de Europa debido al Holocausto. Sin este, Israel nunca hubiese podido disponer de las clases dirigentes emigradas desde Alemania que pusieron las bases de una sociedad occidental en Oriente Medio.

Desde mi punto de vista, los árabes, aunque en gran medida han sido utilizados por los judíos, también han progresado económicamente debido al motor Israelí. Es cierto que siempre bajo un sistema de colonización, pero no sé en que estado se encontraría el pueblo palestino sin haber tenido la industrialización en su frontera donde poder tener empleo.

Sé que Diego no está de acuerdo con esta hipótesis, pero en mi opinión, creo que si los palestinos hubiesen aceptado su posición más débil y hubiesen trabajado de forma más sumisa para las fábricas de Israel, al final se hubiese desarrollado la economía Palestina. Posteriormente, de forma sindicalista, hubiesen acabado tomando el control de Israel.

Seguro que esta opinión no es políticamente correcta, pero visto como están las cosas, y quien lo tiene todo que perder, creo que el sentimiento de orgullo de la nación palestina tiene poco en que beneficiar a los palestinos.

Cuando en el 48 se hizo la partición en dos estados, se planteaba que el estado judío con su saber hacer occidental podría haber ayudado a la Palestina árabe a desarrollarse.
A los dirigentes árabes de los países de la zona esto les suponía una pérdida de influencia, pero a los habitantes de palestina les hubiese mejorado las condiciones de vida considerablemente.

A día de hoy, la política de ojo por ojo de ambos bandos no hace más que caldear aún más el ambiente llegando a una resolución cada vez más complicada.

Después de todo el viaje y todo lo que he leído, sigo sin poder declararme de ningún bando.


No hay comentarios:

Publicar un comentario