Hoy hemos tenido la situación más “peligrosa” de todo el viaje por el momento. Después de descansar un rato en el hotel y echar un vistazo a Internet hemos ido a dar un paseo por extramuros.
Hemos ido a algunos de los sitos que recordábamos del libro de “Oh Jerusalem”, el hotel Rey David donde hubo un atentado en el 48 y luego a Notre Dame de France donde se libró una dura batalla entre judíos y árabes.
A Diego le apetecía también ir al barrio judío ultraortodoxo que no estaba muy lejos de allí. Nos pusimos a caminar calle arriba desde Notre Dame siguiendo a una familia Ortodoxa y poco a poco nos fuimos sumergiendo en Europa del este del año 1800 como decía la guía.
Los hombres todos con traje negro y sombrero además de barba y frecuentemente los rulitos en las patillas. Las mujeres con faldas oscuras hasta los pies muy recatadas. Los hombres en ocasiones llevan sombreros de piel. Al parecer, toda esta vestimenta está directamente importada de Europa del Este de cuando vinieron los primeros inmigrantes. Lo que resulta más impresionante es que aunque el clima no tenga nada que ver, aún siguen llevando exactamente la misma ropa, incluyendo sombreros de piel.
Hoy ha acabado una celebración típica judía que no sé como se llama. Al parecer rememoran cuando Moisés sale de Egipto y hace el viaje por el desierto. Para rememorar las noches en el desierto construyen unas chozas en las que dormir en la calle. Este barrio estaba lleno de ellas, cada terraza o jardín de cada casa tenía una.
Impresionaba sobre todo también ver a los niños vestidos exactamente igual que los padres, mismos trajes y sombreros los niños y vestidos muy similares las niñas.
A la entrada del barrio te encuentras unos carteles pegados en las paredes indicando que a los miembros de esta vecindad les molestan los grupos de turistas paseando por su barrio. Quitando el flash a la cámara hicimos una foto al cartel.
Al irnos ya del barrio, encontramos a un grupo de niños jugando en la calle. De la misma forma, discretamente, intenté hacer una foto a los niños, la principal diferencia fue que esta vez se me olvidó quitar el flash. En unos segundos estaba rodeando de unos diez niños de ocho años gritando: No Foto, No Foto ¡!!!
Una chiquilla algo mayor que parecía controlar a todos los demás tomó la iniciativa indicándome que la borrase. Yo lo intenté hacer y me puse a buscar en la cámara como se hacía venga a tocar botones. Cuando levanté la cabeza el valiente de Diego ya se había alejado de la zona de niños peligrosos UltraOrtodoxos ¡!!. Menos mal que solo eran niños ¡!...
Bueno, después de tocar unos cuantos botones y no conseguir borrar la foto, los niños se quedaron más tranquilos y nos fuimos
Nos vinimos a la ciudad a tomar un kebab y luego al muro de las lamentaciones a cotillear un poco.
Algo más tarde, al volver a casa, la ciudad estaba completamente vacía, al ser viernes tarde para los judíos empezaba el Sabath. Solo se veía algún grupo de árabes y cuadrillas de policía o del ejercito armados hasta arriba como siempre. Nos vinimos fijando también en la cantidad de cámaras de vigilancia que hay en la zona sotechada de la ciudad vieja, tienen una o dos cámaras cada veinte o treinta metros. Te tienen vigilado por todas partes.
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