miércoles, 14 de octubre de 2009

De camino a Haifa



Coincidimos allí con dos chavales judíos de unos veinte años que habían estado de vacaciones.
El conductor no paraba de hablar por teléfono mientras además de conducir apuntaba cosas en papeles que tenía por el salpicadero, parecía que llevaba su oficina portátil, menos tener la vista en la carretera la tenía en todas partes. Un verdadero peligro!!!, Mucho peor que yo, yo hablo por el manos libres, pero la mirada siempre en la carretera.

Tardamos más o menos una hora en llegar a la estación de autobuses de Haifa, allí tuvimos que pasar otro control de policía para entrar al recinto de buses donde cogimos un bus urbano que nos llevó al centro, al hostal donde estoy ahora mismo escribiendo en el jardín.

El conductor del urbano, increíblemente simpático, estuvo dándonos todo tipo de ayudas e indicaciones para llegar al hostal. Parece ser que la gente de la costa es mucho más amable.
Llegamos por fin al hostal que recomendaba la guía Lonely Planet y allí nos asignaron un dormitorio comunal mixto.
Puesto que tampoco nos pareció que Haifa tuviese muchas cosas que ver, dejamos las mochilas y nos fuimos a coger el tren para ir a Acre que está aquí al lado.

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