Después de la charla, la primera furgoneta nos llevó hasta Jenin, ciudad conocida por exportar terroristas suicidas.
Ayer vimos esta ciudad en el periódico puesto que su alcalde en un afán de crear algo de turismo se había traído a un grupo de alemanes. Según el periódico, habían quedado muy contentos, lo que no sé es lo que habrán visto. Allí no hay nada de nada ¡!!
A nosotros no nos vino a ver ninguna autoridad, así que según llegamos nos fuimos a buscar nuestro segundo transporte a la frontera de Israel.
Diego preguntó en la parada donde nos dejó la primera furgoneta y enseguida teníamos a unos diez tíos alrededor de nosotros, incluyendo a un crío de diez años intentando vender chicles por 10 NIS. Eso si, de los diez tíos, ninguno sabía decir a donde teníamos que ir para el siguiente transporte.
Al final, nos dirigimos a donde nos indicó el que parecía más espabilado. Otra preguntita a otro grupito, esta vez incluyendo policías y al final llegamos a otra zona de furgonetas.
Allí, después de no entendernos con un montón de gente, nos acabamos montando en una furgoneta que decía que nos llevaba a Nazareth. Esta furgoneta dio un montón de rodeos puesto que parecía que la policía palestina tenía un montón de calles cortadas. Al final, nos paró en el checkpoint de la Frontera con Israel.
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