lunes, 12 de octubre de 2009

El campamento de refugiados de Nablus

Pronto hemos cogido otro bus para ir a Nablus. Yo conocía Nablus por un documental en el que el ejército Israelí hace una invasión en un barrio en el que van registrando puerta por puerta.

La llegada ha sido de lo más tranquila, ni un checkpoint en el que nos hayan parado ni nada. La ciudad también parecía de lo más tranquilo, no se veía nada de ejército, simplemente una ciudad muy muy cutre.

En la guía venía solamente un hotel, así que allí nos dirigimos tras preguntar un par de veces por el camino.
A excepción del primer hotel en El Cairo que nos reservó nuestra amiga Patricia, este es por el momento el mejor hotel en el que nos hemos quedado. Sería una pena no poder dejarles un regalito en el baño antes de irnos…
Al hacer el check in, el recepcionista poco has tardado en ofrecerse a llevarnos al campamento de refugiados donde él vive. Bueno, lo primero que ha hecho ha sido preguntarnos si éramos vascos o catalanes. Buen comienzo ¡!!
Al parecer, casi todos los que llegan aquí serán de allá.

Creo que el campo de refugiados se creo por la ONU en 1948, tras la guerra de la creación del estado de Israel. Al principio deberían de ser tiendas de campaña. A día de hoy, son casas de hormigón. La verdad es que parece un barrio más de la ciudad.
Según nos comenta nuestro recepcionista, el sesenta o setenta por ciento de la población está en paro y el sitio debe de ser un criadero de luchadores de la libertad y terroristas suicidas. Al entrar en el campamento no haces más que ver fotos y monumentos a los mártires fallecidos durante las dos intifadas.
Según nos han contado, hace un año el IDF (Israel Defence Forces) acordonó la zona durante dos semanas y luego procedió a la invasión puerta por puerta registrando todas las casas. Creo que esto se corresponde con el documental que vi yo. “Nablus, cuidad fantasma”.
La ciudad de Nablus se encuentra en un valle rodeado de montañas, a lo alto de las montañas se pueden ver cuatro o cinco torres de vigilancia que controlan toda la ciudad. Además debe de  haber en las cimas de las montañas unos cinco asentamientos judíos protegidos por el ejército.

Estuvimos dando un paseo con el recepcionista por el campamento de refugiados. Nos explico como el IDF derribaba las casas de las familias de los mártires como represalias por los atentados. También se podía ver todas las paredes de las casas con disparos de la invasión de hace algunos años.
Una de las quejas es también que los judíos controlan el suministro de agua y electricidad en la ciudad y lo pueden cortar cuando quieran.

La verdad es que hay cosas que parecen bastante fuertes, pero a pesar de todo está mucho mejor de lo que yo pensaba. Como dice Diego, “Se quejan de vicio estos palestinos, que se vayan a Bunia una temporada”.

Después del paseo por el campamento de refugiados, nos fuimos a tomar un café con el recepcionista. Allí intentamos mantener una conversación algo interesante, pero desgraciadamente no lo conseguimos. Era algo similar al tío de las demoliciones de Jerusalén, parece que van con prisa, que cuentan su discurso y se pira para su casa.
Este tío parecía un poco como el de Hebrón que nos enseñó el asentamiento judío, pero con mucho más nivel cultural. A parte de trabajar en el hotel, se dedicaba a enseñar a turistas, televisiones y periodistas las zonas de conflicto. Al parecer hace cosa de dos meses había estado con una televisión italiana haciendo un documental.
La verdad es que a mi no me transmite demasiado, pero la visita ha sido interesante. Diego la ha grabado en video, tal vez podamos verlo si tenemos suerte.



Mañana dejaremos Nablus y nos dirigiremos hacia el Norte. Seguiremos informando.

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